Una de las intenciones de Satanás es tratar de herir a cada persona que nace y estas heridas se hacen cada vez más profundas a medida que pasa el tiempo. En la vida, todos enfrentamos heridas emocionales, traumas y experiencias dolorosas que pueden dejar cicatrices en nuestro corazón.
Por ejemplo, desde muy niños podemos recibir heridas que duren a lo largo de nuestras vidas, como el abandono, el rechazo, desprecio, falta de amor, entre otras causando en un individuo problemas emocionales o psicológicos.
Estas heridas no desaparecen por sí solas y, a menudo, las llevamos con nosotros a lo largo de nuestra vida, afectando nuestras relaciones, especialmente la relación matrimonial. La sanidad interior es un proceso de restauración que nos permite liberar el dolor y sanar nuestras emociones a través del amor y la gracia de Dios. Este proceso es fundamental para fortalecer y enriquecer el matrimonio. Las Escrituras nos indican que estas heridas ponen a la persona en cautiverio, pero la obra redentora de Cristo incluye ”Sanar a los quebrantados de corazón” (Isaías 61-1-3).
Ahora, la sanidad interior es el proceso de la renovación del alma, de la mente, de su corazón, que le trae paz interior, lo libera del pasado y de los recuerdos dolorosos, le trae paz interior y le permite restaurar su vida presente de acuerdo a la voluntad y planes de Dios para su vida.
La sanidad interior abarca la restauración de las emociones y sentimientos, trayendo a la luz de Jesús todo recuerdo y pensamiento distorsionado que conlleva a tristeza, ansiedad, angustia o culpa.
La Biblia nos enseña la importancia de la sanidad interior y la restauración del alma. En Salmos 147:3 leemos: "Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas." Dios desea que experimentemos una vida plena y saludable, tanto en lo físico como en lo emocional. Las heridas no tratadas pueden convertirse en barreras que impiden la intimidad y la comunicación efectiva en el matrimonio y peor aún el maltrato entre cónyuges.
Cuando nos embarcamos en el proceso de sanidad interior, permitimos que Dios trabaje en nuestras vidas de manera profunda y transformadora. Efesios 4:31-32 nos exhorta: " Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo." Al liberar amargura y resentimiento, podemos perdonarnos a nosotros mismos y a nuestra pareja, creando un ambiente de amor y comprensión.
Cabe resaltar algunos beneficios de la Sanidad Interior en el Matrimonio:
1. Mejora de la comunicación: Las heridas emocionales pueden dificultar la comunicación abierta y honesta. Al sanar, somos capaces de expresar nuestros sentimientos y necesidades con claridad y sin temor, así como de recibir el mensaje de nuestro cónyuge sin predisposición.
2. Fortalecimiento de la intimidad: La sanidad interior permite que las parejas se conecten a un nivel más profundo, compartiendo sus sueños, inquietudes y esperanzas sin reservas.
3. Reducción de Conflictos: Al sanar nuestras heridas, somos menos propensos a reaccionar de manera exagerada ante situaciones conflictivas. La comprensión y el perdón se vuelven más naturales.
4. Aumento de la empatía: Al experimentar la sanidad interior, desarrollamos una mayor empatía hacia nuestra pareja, entendiendo sus propias luchas y ofreciendo apoyo incondicional.
¿Cómo podemos iniciar el Proceso de Sanidad Interior?
1. Oración y Reflexión: Acercarse a Dios sin ningún tipo de barreras, ser humilde en reconocer nuestros errores y pedir al Espíritu Santo que revele áreas que necesitan sanidad.
2. Perdonar y Soltar: El perdón es un componente clave de la sanidad interior. Colosenses 3:13 nos recuerda: "Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros."
Debemos recordar que el perdón es una decisión y no un sentimiento. Nunca tendremos el deseo de perdonar al que nos hace daño; pero con la autoridad de Jesús podemos decidir perdonar al agresor, no porque se lo merezca, sino porque yo lo necesito para ser libre de la ligadura que me une a esa persona.
3. Lectura de la Palabra: La herramienta segura para la comunicación con nuestro Padre Celestial es la Biblia, allí encontraremos todo aquello que Él quiera mostrarnos sobre la sanidad interior y la restauración. Jeremías 30:17 dice: "Te devolveré la salud y sanaré tus heridas, dice el SEÑOR”
4. Buscar Apoyo: Participar en grupos de apoyo o consejería cristiana puede ser de gran ayuda para procesar emociones y recibir orientación espiritual.
Es importante que nos autoanalicemos para saber como estamos por dentro, ver si algo nos enoja, o nos entristece, ver si tenemos ansiedad o depresión, cómo respondemos, si nos alteramos o si somos violentos, si lloramos constantemente, o nos sentimos cansados, si no podemos dormir o tenemos pesadillas, si percibimos algún síntoma que no sea normal, es necesario buscar la intervención divina.
La sanidad interior no solo nos beneficia personalmente, sino que también fortalece nuestra relación matrimonial y familiar. Al permitir que Dios sane nuestras heridas, estamos abriendo la puerta a una vida matrimonial más rica, plena y en armonía con el propósito de Dios.
Siempre recordemos las palabras de Jesús en Mateo 11:28: "Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso." En Él, encontramos la verdadera sanidad y restauración para nuestras vidas y matrimonios.